La desertificación y la sequía: otros de los males que sufre el planeta



Somos nosotros,  los seres humanos los responsables en sobremanera de muchos de los males que aquejan al planeta, todos estos consecuencia de la utilización irracional de los recursos naturales que durante siglos le hemos arrancado a la tierra, sin pedirle permiso ni pensar en el futuro.
Y si a ello sumamos los conflictos bélicos a gran escala donde se han utilizado y utilizan armas de destrucción masiva, incluidas las nucleares, muy pocas son las opciones de recuperación que le quedan a la madre tierra.
La desertificación como proceso de degradación ecológica en que el suelo fértil pierde de forma parcial o total su potencial productivo (resultado de la destrucción de su capa vegetal, la erosión, y por supuesto, la falta de agua) es también efecto de la acción del hombre que favorece su incremento, evidenciado en las actividades de cultivo, pastoreo excesivo y la tala indiscriminada.
Pero, ¿cómo hacerle frente? Cierto es que la intención y voluntad de los gobiernos para encarar los problemas medioambientales desde una perspectiva objetiva y siempre con vista en el futuro es decisiva e imprescindible, la adopción de una política común que tenga como premisa el respeto de todos -sean grandes o chicos, ricos o pobres- hacia el planeta que habitamos puede ser la propuesta; no obstante ya se ha demostrado en reiteradas oportunidades lo difícil que es para algunos, especialmente los del primer mundo, renunciar a su exagerado nivel de vida.
La repoblación forestal; la no incorporación de productos químicos dañinos al suelo y optando por formas más saludables para el tratamiento de los cultivos como el abono orgánico y el humus de lombriz, entre otros con probada eficacia; el uso de aguas de mayor calidad, sin influencia salina en el riego; el drenaje y cambio de las técnicas de irrigación, pueden ser también algunas de las acciones que tanto a pequeña como a gran escala ayudarán a los suelos a mantener su fertilidad.
En Cuba desde 1959 hasta la fecha la protección y cuidado de los limitados recursos naturales con que disponemos siempre ha estado entre las prioridades de la máxima dirección revolucionaria, de hecho nuestro país cuenta con extensas zonas de bosques algunas de ellas recuperadas a partir de la siembra de árboles, una contribución que unida a la generalización de la agroecología reporta grandes beneficios al entorno, en especial a los suelos.
Sirva este día de lucha contra la desertificación y la sequía como jornada para el análisis y  la formación de una conciencia ecologista a nivel planetario, donde hombre y naturaleza puedan subsistir en armonía, con racionalidad y sin excesos.
Muchas son las señales de debilitamiento que muestra la madre tierra, las podemos ver a diario: lluvias intensas, prolongadas sequías, terremotos, etc. Será la capacidad del ser humano para  reflexionar y corregir sus errores la única forma de cambiar un final que parece inevitable: la destrucción del mundo y con el la nuestra.
Por: Yusnier Cruz Torres
Periodista de Radio Minas
Correo:
yusnier@rminas.icrt.cuEsta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla
17 de junio de 2011
La desertificación y la sequía: otros de los males que sufre el planeta